domingo, 24 de agosto de 2014

Andares Sinuosos (6)

No los nombro, me remito a transcribir su identidad; ellos me dicen cómo quieren aparecer. Yo respeto su deseo, si me piden, por ejemplo, Alberto, no escribas mi nombre, pues, no tengo por qué hacerlo. 
¿Siempre escribes cosas sobre personas reales?
Invariablemente. Es mi deber, transcribir todo lo que miro. Tengo una habilidad que he pulido por años. Escribo 4 horas todos los días, sin importar que sea bueno o no. Soy un narrador, soy los ojos detrás de la cámara. Se los debo a ellos que son mis historias. ¿Cómo son tus personajes, cómo los nombras?
Los nombro... no sé. Un día, por ejemplo, estaba sentado cerca de un semáforo. Pasó un señor y se cruzó la calle corriendo cuando tenía la luz en rojo. Lo vi y pensé "Corriente". Y me guarde esa idea. No sé cuánto tiempo después, yo pienso que al menos un año después volví a pensar en nombres. Uno de mis personajes pasaba de ida y vuelta por la frontera sin que nadie le dijera nada, era traficante, pero traficaba con cosas que nadie valoraba como peligrosas o ilegales, objetos muy peculiares. Era un tipo más bien cualquiera, pero muy ávido, muy bueno para su trabajo. Le puse Corriente. Pero ese ha sido uno de los pocos nombres que he pensado. Normalmente, por ejemplo, acabo de leer una novela, una historia cualquiera, no tiene que ser gran cosa. La gente de la novela, los personajes, o lo que sea, me hacen enojar y me produce algo, una sensación. Entonces tomo un nombre que no tenga que ver nada de nada con ellos y se los planto a mis personajes, como una forma de decirles "eres algo mío", resignate, lucha contra mí. Aunque no tenga sentido que se llamen Corbata o Saco de Dormir. Especialmente si no tiene sentido. Por ejemplo, el nombre Jacinto. A quienquiera que conozca que no recuerde le llamo Jacinto. Es como Fulano o Sultano. O Meredit. Me gusta como suena esa té al final. O Georgia. Porque es un engorro escribirlo y cada vez que lo escribo me acuerdo de qué ridículo es que alguien escriba historias, en lo absurdo que es inventar cosas, pero a la vez en lo importante. Porque alguien se inventó el nombre de Georgia alguna vez, porque alguien se inventó el nombre de Liu o el nombre de Cásady, o de Candie (que no es lo mismo que Candy). Son cosas así.
¿Pero por qué esa necesidad de emplear nombres extranjeros, acaso no es que los nombres de la realidad que...?
No, creo que estás mal interpretando...
Porque para mí es muy importante reflejar. Somos espejos. Somos... los únicos que van a contar estas historias, las historias de nuestras vidas. Somos prescindibles, somos olvidables. 
Quizá, pero me gusta pensar que puedo hacer más que... transcribir.
No es transcribir. Es arte. 
Supongo que sí, pero... no es lo que me interesa.
A mí me interesa conocer a la siguiente mujer.
Cómo has cambiado. Antes parecía que te ibas a morir. Pero descubriste "las mujeres". Ja. Jaaa. Suena a lo que es, Albert.
Tengo derecho. Me pongo al día. Por ejemplo, mira a esa chica que está cruzando la calle. 
Sí, la veo. 
¿No sientes unas ganas incontenibles de declararle tu amor?
No, la verdad es que no.
¿No sientes que si te acercas y le pides cortésmente un poquito de su tiempo y te presentas como lo que eres, como un artista, como un visionario, como un hombre sensible... no sientes que podría surgir algo hermoso de los dos?
No lo había pensado así, la verdad es que no lo había pensado. Estaba pensando en otra cosa.
¿Ya te tienes que ir?
Sí, ya me tengo que ir. 
La vida, carajo, la vida.
No te preocupes, Albert. Vas a encontrar a otra mujer pronto, lo sé.
Yo también lo sé. 


No hay comentarios: