Hace mucho que se les confirió la responsabilidad y desde entonces ellos han sido los encargados. Arrot la Sangre siempre ha resultado el agradable y el carismático, se ha encargado desde su adolescencia a mantener cierto orden; siempre hay uno que otro bandolero que se le hace fácil cargar sus pistolas y llegar a la plaza y amenazar, pero Arrot llega y aunque tiene su arma- tan característica de toda la familia- él mantiene la promesa de no usarla, así que se vale sólo de su agilidad, velocidad y manos; de vez en cuando las piernas, aunque en realidad sus brazos son los fuertes y más desarrollados; algunos juran que sus brazos llegan a tener la velocidad para frenar o desviar balas, claro que nadie lo ha visto con claridad.
Hace unos días llego un grupo de tipos encapuchados y con armas que pretendían , nadie sabe en realidad que querían (cada quién tenia una versión distinta), Arrot tuvo que dejar su bebida refrescante de kilish y se acerco para apaciguar a los tipos; la velocidad con que se desplazo desde el pequeño centro de sodas hacia el parque fue sorprendente; no fue el único, pues Alfisi la Sangre también percato el peligro y de hecho ella llegó primero. Tras varios golpes con su vara a los armados y la desesperación en que cayo cuando uno de ellos (a quien al parecer, todos defendían y parecía ocupar una posición- o mejor dicho, él constituía el arma- central) iba a activar la arma definitiva -una bomba-. Ella saco del bolsillo esa arma, legado de la familia, esa pistola pequeña de color verde fosforescente, miedo de muchos.
-Noo! Alfisi! Mide tus opciones!
Fue Arrot, quien llego tan rápido como lo que tardo en decir "¡ja!" y tomo la mano de ella con todo y pistola y la metió de nuevo al bolso.
-Ábreme espacio en esa parte, ¿ves? donde está el de gafas.
Él le pidió, y ella se dirigió al tipo de gafas, entonces él brinco y golpeo por un costado la bomba e inmediatamente un puñetazo bien plantado a quien asumió la responsabilidad de ella. La velocidad fue tal que pocos puedes afirmar lo que vieron. En un instante el plan se desmoronó. La regla es acabar pronto, así se evitan muertes. La gente grito de alegría y algunos hicieron ovaciones a Alfisi y sobre todo a Arrot.
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En la carretera; un tipo con gabardina naranja camina en dirección opuesta al viento. Como si el entorno supiera algo, ahuyentar lo perturbado. Sin embargo el viento no puede hacer todo; su sombrero lo protege, camina seguro. Va llegando.