El
siguiente es un intento poético de algo serio:
Pensemos
en la danza, ésta es un ritual, una forma de comunicación a través de una serie
de convenciones: la música, los movimientos, la ropa, los colores, la luz. La
danza es un lenguaje a través de símbolos, como la escritura. El escritor es un “danzante” pues se apropia
de diversos elementos (la literatura está afuera y no sólo en libros) para
crear una comunicación. Esta está abogando por la imaginación, por que el poeta (y por poeta me refiero al
sentido amplio, que engloba a todo escritor) es quién hace en ella un nuevo uso
y apropiación del mundo; la imaginación se vuelve critica al control, se vuelve
también su salida. En el mundo hay
varias caras de la realidad, caras que quizá no lleguemos a conocer y esa
enormidad se encuentra en el vacío, ¿no es quizá eso lo que Auxilio encontró en
el jarrón?
El
vacio es el silencio, y el silencio es igual que la no acción, siendo Auxilio
madre de la poesía mexicana su gran culpa fue la no acción, el no haber
respondido a tiempo al silencio. Bien hagamos antes de continuar la siguiente
pregunta ¿de qué modo concreto la poesía puede ayudarnos en la vida?
Cuando
se escribe un poema o se canta (porque ambos están al mismo nivel) hay una
intención, nunca se hace “sólo porque si”. Un escrito tiene una intención que trasciende
lo estético y el discurso -discurso en una dimensión plana -, si un escrito no
te conduce a una realización, no se puede decir que sea malo, pero olvida el
principio básico de la escritura. ¿Cuál era ese principio? En un comienzo la
escritura, como las demás expresiones artísticas era un ritual que nace del
intento de contactar con lo que está vivo en el cotidiano pero fuera del
alcance de lo cotidiano. Y ese me parece es el verdadero fin de la literatura. En
ocasiones escribir se vuelve un acto salvaje, lo es porque de verdad logra
desgarrar esa barrera invisible y nos permite comunicarlos con eso que vive en
lo cotidiano fuera del alcance común, lograr eso es realmente lo que se dice vivir como poeta. Y respecto a lo de
salvaje, hay que preguntarle al caníbal
de la guerrero o a Gregorio Cárdenas, quienes también escribían –uno de
ellos también poeta, del cual sospecho que Amuleto hace una mención cuando se
habla de un merodeador en la noche- ; de cierto modo –muy retorcido- se puede
afirmar que ellos vivieron como los poetas que pretendían ser.
Y
regresando a que puede hacer la poesía en la vida, por el momento, respecto a
la función de la escritura – que contempla la poesía - puedo decir que nos
ayuda a sentir vida, nos acerca a la vida,
nos recuerda/ vincula con el principio más básico de sentido de ser (eso
presente e invisible); ese fue el fallo que no deja tranquila a Lacouture : que
no permitió que la poesía se volviera su escudo, ese vinculo concreto con la
vida. Solo hasta el final lo entiende, el enemigo es el silencio – que se puede
disfrazar en el ruido carente- y el
silencio se combate con la vida/poesía/canto/acción. La poesía es canto, es
arma contra el control (y el control es aquello que nos dificulta el contacto
con lo vivo en el cotidiano y a la vez
fuera de él).